"El refugio de todos los garabatos, donde cada trazo encuentra su rincón para ser libremente imperfecto."
La casa del garabato
En un rincón olvidado por el rigor del diseño,
donde el papel respira sin líneas que lo limiten,
vive La casa del garabato.
No tiene puertas ni ventanas,
solo entradas dibujadas a mano,
porque aquí no hay dentro ni fuera,
solo el trazo que se atreve.
Las paredes son lienzos de capas infinitas,
donde un garabato cubre al otro,
pero nunca lo oculta.
Sus colores chocan,
sus formas no se entienden,
y, sin embargo,
tienen el lenguaje perfecto del caos.
En la cocina hierven las ideas
en ollas desbordadas de tinta,
y en el salón,
los garabatos conversan sin palabras,
haciendo eco de su belleza torcida.
Los garabatos nuevos llegan temerosos,
aún inseguros de su destino,
pero los mayores los abrazan con trazos
que parecen decir:
"Ser imperfecto es suficiente".
Aquí nadie borra, nadie corrige.
En La casa del garabato,
cada trazo es un refugio,
y cada refugio, una obra sin final.
Garabatos en la casa
Un sofá de ideas tapizado con recortes de papel reciclado,
donde los garabatos se sientan a soñar despiertos.
Y una escalera al trazo más alto,
hecha de lápices rotos y borradores olvidados,
para que hasta los más tímidos se atrevan a subir.
También agregamos una lámpara de sombras,
que proyecta siluetas que nunca se repiten,
y un rincón secreto donde los trazos se esconden,
solo para ser descubiertos cuando alguien los necesita.
Ahora La casa del garabato no solo es refugio,
¡es un universo entero!
Texto generado por ChatGPT en respuesta a una interacción personalizada.
Cortesía de OpenAI.
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